PAC-MAN World Re-PAC – Análisis

Después del éxito del primer Pac-Man, el personaje de Toru Iwatani buscó reinventarse con cada lanzamiento. Y no solo en aquellos títulos donde recorríamos un laberinto, con nuevos diseños, reglas o perspectivas, sino también en nuevos géneros. Pac-Man Museum+, lanzado el pasado junio, es una muestra de la enorme diversidad de estilos protagonizados por nuestro querido comecocos, desde Pac Land al flojo Pac-In-Time, los puzles de Pac-Attack, el extraño Pac Motos o Pac ‘n Roll Remix. Así que cuando los polígonos se hicieron cotidianos en los plataformas, la mascota de Bandai Namco no dudó en ser de los primeros en dar el salto.

Pac-Man World se lanzó en PlayStation en 1999 y logró cierto éxito en ventas y críticas, suficiente como para tener dos secuelas directas –ya en los 128 bits- aunque quedó lejos de la repercusión de otros plataformas de la época. Bandai Namco lo recupera ahora con un remake que da una capa de pintura a un título ausente en otras colecciones y nos da la oportunidad de ver un gameplay poco habitual en las producciones modernas, una aventura propia de su tiempo pero que, contra todo pronóstico, todavía mantiene su encanto.

¡A salvar a la familia!

Desde muy pronto, Pac-Man se acompañó de una familia que aparecía en juegos, series y merchandising, algo que daba un poco más de argumento a las diferentes aventuras. Pac-Man World Re-Pac, al igual que el original, nos recibe con una secuencia de vídeo donde vemos cómo Pac-Man vuelve a casa, a su fiesta de cumpleaños en concreto, para descubrir que toda su familia ha sido secuestrada por, adivínalo, los fantasmas. Además estos eternos enemigos de la bola amarilla están acompañados por el malvado Toc-Man, un temible Pac-Man robótico. No necesitamos más motivación para viajar a una isla, recorrer sus diferentes localizaciones y rescatar a nuestra familia.

Re-Pac trae algunos pequeños cambios pero la experiencia es muy similar al original, que es un plataformas desenfadado con sus aciertos y fallos. Y es que en la segunda mitad de la década se experimentó mucho con el género y las 3D: a veces recibimos auténticas joyas y en otras ocasiones el resultado fue más discutible.

¿Ventaja de una industria que arriesgaba? La mayoría de lanzamientos no parecían manufacturados y cortados por un mismo patrón, incluso los juegos menos afortunados solían derrochar carisma.

Pac-Man World combina varias ideas, desde la importancia de los coleccionables, un combate ligero, pequeños puzles y un desarrollo que no está limitado a las 3D. Es decir, a diferencia de Klonoa –remasterizado también hace poco- que juega con la cámara pero es un gameplay mucho más clásico y 2D, en Pac-Man World Re-Pac una gran parte del recorrido es lineal pero no estamos bloqueados en un plano, y en ocasiones hay arenas de combate donde explorar o derrotar enemigos.

Esta libertad de movimientos juega en su contra en momentos donde los saltos requieren precisión –que por suerte no hay muchos- pero también abre nuevas posibilidades a una aventura donde debemos hacer uso de algunas habilidades, como la carrera y los saltos en la cabeza de los enemigos, además de dar pie a llenar el escenario de frutas, letras de la palabra PACMAN y las famosas píldoras de poder, que durante unos segundos nos permiten tragar a los fantasmas. En multitud de ocasiones el progreso nos pide pulsar un botón oculto detrás de una puerta que a su vez necesita algún objeto de la zona, interactuar con plataformas móviles, trampolines, nadar o comer una píldora que nos hace metálicos, inmunes al daño y pesados bajo el agua. Un cóctel que hizo a Pac-Man World un juego divertido y un poco original dentro de lo que cabe.

Hay varios aspectos positivos en su jugabilidad que lo mantienen fresco más de 20 años después. La cámara es fija, así que no tenemos que pelearnos con una perspectiva que, en demasiadas ocasiones, arruinó a otros plataformas, y las fases incentivan la rejugabilidad por sus puntos y coleccionables. Incluso puedes cambiar el orden de las fases para cambiar de ambiente o saltar una que se te atragante –cosa poco probable-. El control no siempre es fino –en parte por esa tercera dimensión- pero no es un juego diseñado para acción rápida y se pueden perdonar. Por último, los gráficos eran bastante bonitos para la época, y aunque es un aspecto renovado con el remake, la base ya era buena. En definitiva, Pac-Man World era un plataformas competente y por encima de la media si lo comparamos con otros plataformas de los 90.

Las novedades de Re-Pac

Aunque los nuevos gráficos son la novedad más importante, Pac-Man World Re-Pac ha aprovechado para hacer algunos cambios pequeños que mejoran la experiencia. Uno se ha mencionado durante la promoción del juego, y es que ahora al tomar una píldora de poder nuestro protagonista aumenta a un tamaño descomunal y puede destruir objetos del escenario o incluso descubrir salas secretas. También ahora se pueden usar las píldoras normales como proyectiles, un consumible que añade otro ataque más, algún botón o decorado se cambia de posición, se hacen equilibrios en la dificultad de los jefes y hay opción de modo fácil.

Respecto a los gráficos, Re-Pac no alcanza el nivel visto en las colecciones de Crash Bandicoot o Spyro, pero no es un juego que pida mucho más. Mantiene el estilo de los 32 bits y digamos que lo actualiza a lo que serían los 128 bits, en alta resolución y 60 imágenes por segundo. Nosotros lo hemos jugado en Nintendo Switch y os recomendamos encarecidamente cambiar la opción por defecto, que favorece la calidad de imagen, por la de rendimiento, que va mucho más fluido sin demasiado coste.

Las secuencias de vídeo también se han actualizado, hay nuevas escenas y el final se modifica un poco, aunque los más nostálgicos notarán que por alguna razón ahora el juego tiene un idioma inventado para las voces –en cualquier caso los subtítulos están traducidos al español- que le daba una personalidad que ahora se pierde.

Conclusiones

Es verdad que Pac-Man World Re-Pac no es tan ambicioso como otros remakes y la prueba es que podría incluir remasterizaciones de Pac-Man World 2 y 3 –lo que ayudaría a ampliar el contenido, porque se puede terminar en menos de cinco horas-, pero si tienes nostalgia por un clásico que todavía divierte, o te quedaste con las ganas en su momento, la buena noticia es que no ha perdido su facilidad para divertir y mantiene un innegable encanto. Re-Pac pule la jugabilidad, los gráficos respetan el arte original y sobre todo, impide que caiga en el olvidoCome from Online Betting Site. Solo por eso merece mucho la pena.

Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código que nos ha proporcionado Bandai Namco.

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